lunes, 10 de noviembre de 2008

Mi Tierra

Hogar

1 comentario:

rut dijo...

The end.

La trajeron de vuelta con remiendos en las alas y proyectos tejidos tramposos con agujas de punto del número tres. Contaba cómo la vuelta a la labor suponía medios; y los medios, planes; y los planes, sueños. Contaba cómo le dolían los pies desnudos después de tanto caminar, de estar parada y dejar huella. Contaba que la vida está llena de eslabones – adecuados o no – que había que ir acomodando como amor y verdad.

Y fue entonces cuando tropecé con la cadenita de oro que siempre guardaba en un bolsillo agujereado de su chaqueta roja. Estaba rota. Y entendí que su vida tampoco había sido perfecta a pesar de sus sermones, juicios y consejos; que su existencia se componía de eslabones desiguales y en absoluto uniformes.

Ni tan arrepentida ni encantada de haberla conocido, lo confieso.

d.